viernes, 29 de abril de 2011

YOLANDA VILLAPAREDES DE LUGO


YOLANDA ESMIRNA VILLAPAREDES DE LUGO


Finalizaba el año 1932 cuando llegó a la humilde morada constituida por Gustavo Antonio Villaparedes Delgado y Graciela Rosa Tovar de Villaparedes, ambos ya fallecidos.
  Vivían en un caserío llamado Paují, junto a otras veinte o treinta familias, a las márgenes de la Quebrada Caiza, ya seca, que servía de camino y comunicaba a los Municipios Charallave y Santa Lucía del Estado Miranda.
A los seis años y medio ya sabía leer y escribir porque su madre la había enseñado y entonces la inscribió en la escuela; cursó el 1º grado y fue promovida al 2º grado, pero no pudo seguir en la escuela: era necesario que ayudara en la casa, para que su mamá atendiera las labores del campo.
El padre, combinaba la agricultura con las actividades sociales y políticas; desde que abrazó a los 20 años, en 1931, la doctrina comunista, vivió y practicó intensamente sus postulados, padeciendo persecuciones, prisiones, torturas y extrañamiento del país, carrera ascendente a la cual entregó su vida con intachable fidelidad y firmeza hasta el momento mismo de su muerte, que lo sorprendió en la tribuna mientras pronunciaba un discurso en defensa de la unidad del Partido Comunista de Venezuela, en diciembre de 1973.
Yolanda, siendo la mayor de los hermanos, acompañaba a la madre en los oficios de la casa, cuidaba a los hermanitos, daba comida a las gallinas y los pollitos, con mucho gusto.
Invadidos por la desesperación de las carencias económicas, aceptan una casa prestada en Prim, lugar cercano a La Mariposa, próximo a Caracas.  Estaba cerca la “Escuela Rural Sorocaima”, donde Yolanda cursó el 3º grado.
Año 1941, se desata la Segunda Guerra Mundial y terribles conflictos generalizados.  Se agudiza la crisis y volvieron a Paují donde los familiares y vecinos acudieron solidarios en ayuda a la familia.
Sus padres fueron excelentes luchadores sociales y consolidaron una Liga Campesina.  Desde muy temprana edad, ya se involucra en las luchas reivindicativas de los campesinos por el derecho a la tierra y a mejores condiciones de vida, dotación de escuelas, dispensarios, vías de penetración. Logran conseguir una casa y se creó una escuela en la que las “maestras” provisionales eran Delgadina Bernal, Benicia Pérez, Presentación Martínez y Yolanda Villaparedes, con apenas 13 años de edad, asumió la tarea de alfabetizar a sus coterráneos y enseñarles las notas del Himno Nacional y la geografía de Venezuela.
Gustavo Villaparedes y Graciela, padres de Yolanda, fueron concientizando a aquellos hombres y mujeres, y formaron las primeras células comunistas; Yolanda por su parte, se incorpora definitivamente a la militancia política activa, se reunía con las muchachas y formaron un Comité de Jóvenes Comunistas.  En 1947 asiste como delegada por el Estado Miranda al IV Pleno de la Juventud Comunista de Venezuela, celebrado en Barquisimeto, Estado Lara.  Allí conoce a los fundadores de la Juventud Comunista, entre otros a Guillermo García Ponce, Manuel Pérez Rodríguez, Rafael Ángel Barreto, Luis García y Aurora Martínez.
  Se mantienen activos y obviamente afectados por los sucesos y cambios políticos que ocurrían en el país, como por ejemplo el golpe de estado contra el gobierno legítimo del General Isaías Medina Angarita, asestado por Rómulo Betancourt y Acción Democrática aliados con militares reaccionarios.
  Luego, el golpe militar fascista que derrocó al Presidente Rómulo Gallegos en 1948.  El 11 de noviembre de ese año tuvo Yolanda el primer allanamiento de morada. Contaba con solo 15 años y al lado de su madre y sus hermanos, soportaron una invasión de unos 15 soldados al rancho donde vivían, en busca del padre a quien detuvieron y lo llevaron preso con sus libros, una máquina de escribir, 3 machetes con los que trabajaban el campo, una escopeta de cacería y sus municiones, más un cuchillo, de caza también.
  1949 fue un año de mucha actividad política; la familia Villaparedes emigra del campo en busca de mejores condiciones de vida.
  El 13 de septiembre de 1950 es asesinado el Teniente Coronel Carlos Delgado Chalbaud, Presidente de la Junta Militar de Gobierno que había derrocado al Presidente Constitucional Rómulo Gallegos y asume la Presidencia de la República el Coronel Marcos Pérez Jiménez, acusado del magnicidio, quien respondió instaurando una dictadura, ilegalizando al Partido Comunista y a U.R.D.
  Comienza entonces la persecución y encarcelamiento de dirigentes, militantes, amigos y familiares.  En agosto de 1951 Yolanda abandona sus oficios de modista, el cual había aprendido de su madre, y de maestra en una escuela que había fundado en Cantarrana con 27 niños.  Dejó todo.
  Llega a Caracas y contacta a la gente del Partido Comunista; con el apoyo y la solidaridad comunista se radica en la Calle Real del Valle, y con ellos conoce un poco la ciudad y asiste al padre preso por la terrible Seguridad Nacional. El resto de la familia, quedaba en Charallave.
  La “vivienda”, un rancho de unos 6 metros de largo por 4 de ancho, techo de zinc y sin paredes, estaba situada en lo más alto del cerro donde confluyen las calles 13, 14, 15 y 16 de Los Jardines del Valle, muy cerca de la torre de la luz, era el último rancho.
  Yolanda se involucra cada vez más en la lucha contra la dictadura,   mantiene la militancia en la Juventud Comunista y así participa en importantes jornadas juveniles, por un lado participa en la organización de la Unión de Muchachas Venezolanas (U.M.V.) con Esperanza Vera en la presidencia; y por el otro, no descansaba el su formación ideológica y captación de nuevos militantes para la J.C. y la causa de las  libertades. 
A fines de 1953 tuvo el honor de que la Juventud Comunista la promoviera a militar en el Partido, en un acto pleno de júbilo y fervor revolucionario con la presencia de altos líderes clandestinos que le dieron un recibimiento digno de cuadros formados para la lucha y el combate.
También a finales de 1953 fundan en El Valle el Centro Cultural y Deportivo Simón Rodríguez, que estuvo funcionando en la esquina de la calle 4 con la segunda avenida de Los Jardines.  Allí se reunían jóvenes con inquietudes para desarrollar y practicar diversas actividades culturales, deportivas y recreativas.  En corto tiempo dejó un extraordinario semillero revolucionario del cual emergieron luchadores de una gran solidez ideológica, combativos, solidarios, probados en las más difíciles circunstancias.
El Centro Cultural fue asaltado salvajemente por la Seguridad Nacional el 10 de marzo de 1954.  De unos 15 jóvenes o más, que allí se encontraban, fueron detenidos los hombres y sacadas a la fuerza las muchachas.  Ese día, Yolanda fue detenida y trasladada a la sede de la policía política junto a otros 20 prisioneros, hombres y mujeres, todos del Valle; los llevaron en dos camionetas y fueron “recibidos” a golpes, puñetazos, patadas e insultos por un grupo de esbirros que, situados a ambos lados de la puerta, gritaban como seres endemoniados y golpeaban a los presos esperados.
A un camarada que caminaba delante de ella en el momento de entrar a la Seguridad Nacional, de una certera patada en el vientre, lo derribaron, y los ojos de Yolanda, su corazón, su dignidad humillada, y sobre todo sus 20 años, no hallaban qué hacer, a dónde mirar, qué pensar y mucho menos qué decir ante tan brutal ensañamiento.  Solo pudo imaginar lo que la esperaba al traspasar aquellas elegantes puertas de vidrio. 
Por supuesto: la tortura.  Tortura física, tortura psicológica.  8 días en aquel antro de suplicio y de tormento al lado de 5 mujeres a quienes les tenían prohibido la comunicación entre sí.  Conducida a las oficinas de Pedro Estrada, máximo jefe de la policía política del régimen e interrogada y torturada personalmente por Miguel Silvio Sanz Áñez, jefe de la brigada política y el más feroz y temido torturador entre otros como Braulio Barreto “Barretico”, Ayala, el “Mocho” Delgado, “Suelaespuma”, etc.
Fue enviada a la antigua Cárcel Modelo de Caracas.  Allí permaneció año y medio; 18 largos meses totalmente incomunicada, hasta finales de 1955, cuando es expulsada de la patria.  Durante ese período, nunca recibió la visita de su madre; pudo avisarle que le estaban sacando el pasaporte y ésta, hábilmente averiguó cuándo la sacarían y fue a despedirla al aeropuerto de Maiquetía el 16 de agosto, cuando salió desterrada rumbo a Panamá.
  De Panamá voló a México, donde el P.C.V. tenía un núcleo organizado, al frente del cual estaba el camarada Gustavo Machado y la decisión era que todos los exiliados fueran a esa nación, que les brindaba asilo y tenía un gobierno democrático y respetuoso de las libertades; no había represión ni persecución política.
  En Ciudad de México pudo realizar algunos estudios, se desempeñó como masajista en un Club Deportivo, condujo un programa de gimnasia sueca en la emisora de TV Televisa, e incluso participó como masajista en la película “Mujeres Encantadoras”, realizada por los Estudios Churubusco.
  Se casó en México con el camarada Israel Lugo, comunista venezolano y exiliado como ella y son designados por el Partido a cumplir una misión en Colombia. Se establecieron en Cúcuta, Departamento de Santander, por la cercanía de la frontera venezolana.  Allí estuvieron casi cuatro meses. Su trabajo consistía en organizar y facilitar el paso hacia la patria de los líderes que debían entrar y no lo podían hacer legalmente.  Muchos fueron los camaradas que 'metieron' por los 'caminos verdes' con la colaboración del Partido Comunista Colombiano, que llegaban a reforzar el trabajo que venía haciendo la Junta Patriótica, para el derrumbe total de la tiranía que oprimía a Venezuela.
  Regresan a Venezuela el 25 de enero de 1958, 2 días después del glorioso 23 de enero.
  Llegan a Venezuela y se alistan en la lucha que continuaba, esta vez la tarea encomendada y cumplida desde 1958 a 1962: organizar el Partido Comunista en la región de Guayana, en el Estado Bolívar.
Regresan a Caracas en condiciones semi clandestinas porque el gobierno de Rómulo Betancourt elaboró una lista de 600 dirigentes políticos solicitados por la DIGEPOL en la que figuraba Israel Lugo, su esposo.  En la década del 60 y a inicios de los 70, con las “democracias” adeco – copeyanas, regresan a Caracas y se mantienen como activistas urbanos en las diferentes fases de la lucha armada, sufren de nuevo la clandestinidad, persecución, allanamientos, desapariciones forzadas, desempleo…
  Su esposo y compañero de luchas, falleció en abril del año 1973 y la deja sola con 4 hijos pequeños, a los que con trabajo, dignidad y principios comunistas, formó y hoy todos profesionales, le han regalado 4 nietos; la más pequeña, vive con ella: Alegría Victoria.
Tras la muerte de su esposo y camarada, mantiene su actividad política en el P.C.V. incluso llega a ser candidata a Diputada a la Asamblea Legislativa por el Estado Miranda ese mismo año; se encarga de la Distribuidora Progreso, importadora de libros soviéticos que tenía el P.C.V.
En 1982, se margina de la militancia política hasta el 4 de febrero de 1992 cuando el Comandante Chávez estremeció a toda Venezuela con su famoso “por ahora”.
Desde entonces retoma militancia política incorporándose en el MBR-200, constituye con otros compatriotas, el primer Equipo Promotor del MBR-200 en la Parroquia El Valle.  El 13 de abril de 1997 es juramentada por el Cdte. Hugo Chávez como Coordinadora del MBR-200 para la Parroquia El Valle, conjuntamente con Gerardo Zambrano, Marcos González y José Luis Fernández.  El 19 de abril de 1997 participa como delegada  a la Asamblea Nacional en Valencia donde se decide la participación para las elecciones presidenciales y se inicia el Movimiento V República.
A finales de 1997 es designada miembro de la Dirección Estratégica Zonal Nº 1 (DEZ Caracas), y luego de una terrible enfermedad que la aqueja, se separa de las actividades políticas.
Hoy, restablecida ya hace algún tiempo, luego de incorporarse a la legión de Vencedores de Misión Ribas, egresa orgullosa como Bachiller de la República Bolivariana de Venezuela, para luego cursar con gran tesón, estudios superiores de Educación en la Mención Desarrollo Cultural en la Misión Cultura y el Convenio Marco con la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez, los cuales concluye y recibe su licenciatura en abril de 2009.

3 comentarios:

  1. Estimada señora Villaparedes:Soy Rosa Carol Arrieti Serrato, hija de Humberto Arrieti Villaparedes, por lo que me ha dicho mi mama, usted es mi tia y estamos buscando mis hermanos y yo nuestras raices paternas agradeciendo cualquier informacion sobre mi padre y su familia queda de usted.
    Atentamente: Carol Arrieti
    wallace_86@msn.com
    lovejonas_pao@hotmail.com

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  2. Respuestas
    1. Gracias Gustavo Adolfo, así es... entre esos estoy y seguiré mientras tenga un hálito de vida. Saludos revolucionarios para ti

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