lunes, 25 de abril de 2011

EL MAPA SUBVERSIVO DE LIDASTENKA


EL MAPA SUBVERSIVO DE LIDASTENKA

El 21 de agosto de 1951, en horas de la mañana, se desplazaba por la Calle real del Valle, en el Buick Amarillo, a desempeñar sus labores como taxista, Gustavo Villaparedes. El automóvil era propiedad de la Sra. Clemencia Hernández, quien se lo había alquilado por la suma de Bs. 10 (diez Bolívares) diarios.
El Sr. Villaparedes, debía retirar el carro a las siete de la mañana y devolverlo entrando la noche, en la Calle El Apamate, Quinta Las Virtudes, en Coche, residencia de la Sra. Clemencia.
Cuando se aproximaba al sector donde estaba enclavada la antena de Radio Caracas Radio, en las afueras de la Parroquia El Valle, y dispuesto a comenzar un dia productivo, pues necesitaba reunir un dinero para enviarlo a su esposa en Charallave; notó que había una alcabala militar por la cual indefectiblemente tendría que cruzar.
Cuatro soldados con armas largas hacían señas a los conductores para que se colocaran al hombrillo de la estrecha carretera que conducía al centro de Caracas.
          Llegado su turno, Villaparedes se orilló y esperó.
         Con violencia inusitada, aquellos hombres de verde, lo conminaron a bajar del carro, a mostrar sus papeles, ¡rápido, el título y el certificado, papeles del carro! ¡Muévase! ¡Entregue el maletín!... y cogieron el maletín donde guardaba los documentos y los regaron en el asiento delantero. Abrieron la guantera y alborotaron todo.
        Villaparedes, hombre pacífico, de excelente formación moral, respetuoso, tolerante y de un trato afable como condición y don de gente; pero conocedor de sus derechos, exigió explicaciones. ¿Qué pasaba, por qué tal manera de conducirse aquellos funcionarios que más bien parecían unos asaltantes?
       Habló un teniente, quien tenía sus documentos personales en la mano: ¡Gustavo Antonio Villaparedes Delgado! ¡Usted es un hombre peligroso! ¡Tenemos un año detrás de usted! ¡La Seguridad Nacional lo anda buscando por sus andanzas comunistas! ¡Y todavía se atreve a hablar de derechos! ¿Cuáles derechos? Y sin más procedió a colocarle un par de esposas en sus muñecas, con las manos hacia atrás.
         Seguía hablando el teniente: – Le encontramos un plano de esa antena y eso es para hacerla volar, ¡usted es un terrorista, un niplero! y sus derechos se los va a reclamar a Don Pedro Estrada allá, en la Seguridad Nacional. ¡Se va a podrir en la cárcel!
         Nuestro hombre, vejado y humillado, reflexionaba mientras era trasladado a una prisión sobre la cual conocía los métodos bárbaros de tortura y el trato salvaje a que eran sometidos los detenidos por causas políticas.
         ¿Cómo es posible que el dibujito que me dio la niña el sábado cuando estuve visitándolas en la casa, allá en Charallave, lo tomen estos degenerados como un plano?
         En una hoja de cuaderno, ciertamente, doblada en dos, había unas rayas trazadas con lápices de colores, por su pequeña hija de cuatro años, Lidastenka. Lo llevaba todavía en el bolsillo de su camisa....
          Ahora sus pensamientos solo giraban en torno a la soledad y el desamparo en que quedaban su mujer y sus siete hijos, en aquel caserío inhóspito....
         Un violento frenazo, un aspaviento y gritos, lo sacaron de su meditación. A empujones lo hicieron bajar de patrulla; una docena de esbirros lo recibieron a planazos en la sede de la policía política.
         Con mucha dignidad, Gustavo Villaparedes asumió su condición de preso político por revolucionario, la cual lo llevaría desde esa fecha, 1951, a recorrer las cárceles: Modelo de Caracas, la Nueva de Ciudad Bolívar, el Campo de Concentración de Guasina y Sacupana en los caños del Orinoco, en el entonces Territorio Federal Delta Amacuro y luego el extrañamiento del país, exilio del cual retornaría a la Patria después del glorioso 23 de enero de 1958.
Yolanda Villaparedes
2005

2 comentarios:

  1. Eso es lo que hoy en día puede llamarse "sembrar algo a alguien" y es un método ¡tan usado! Es muy vil, claro que sí pero en las dictaduras solo importan los derechos y antojos del sátrapa.
    ¡Qué bueno que reconstruyas la historia desde la perspectiva del amor! "Porai" dicen que la historia la escriben los vencedores y, bueno, en alguna medida Payejo y tu y todo el montón de gente que estuvo presa, exiliada y los que murieron, son vencedores, gracias a sus sacrificios terminó una de las dictaduras de la Venezuela del siglo XX.
    ¡Sigue escribiendo, madre, sigue escribiendo!

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  2. Querida Yola.
    Como te dije, esperaba volver a leer esta hermosa narración, que la publicaras en tu blog, hace algunos pocos años (dos o tres creo) tuve la oportunidad de leerlo y fue una lectura fugaz, pero se me quedó en el cariño y en la memoria, y lo has publicado.
    Me siento feliz de ser testigo de esto que estás haciendo: darle salida a tanta verdad, tanta belleza, tanta vida, que tienes por dentro y compartirla con nosotros tus lectores y particularmente conmigo el mas apasionado de tus admiradores.
    Cariños inmensos.
    Me gustó mas que la primera vez que la leí.
    Alfonso...
    P.D: Te tengo una crítica pequeñita, pero será para la próxima, primero quiero seguir leyendo alguito mas. Besos

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